
Una dice musa en determinados círculos y seguidamente le asalta la duda, duda terrible, de las clasificables de existencial, de si los habitantes de Mahón se sentirán ofendidos. Porqué entiéndanme, en los bonitos frascos de la archiconocida salsa, pone mahonesa y no mayonesa.
También puede ser que en los mencionados círculos cuando una dice musa hace referencia a la inspiración y no a la ensaladilla rusa.
Soy una incomprendida, lo sé.
Sepan que aparte de mis ocupaciones habituales de suma y sigue, buscar novio y lucir tacones como una profesional del andamio, soy fuente de inspiración de alguna que otra dama y de más de un caballero.
Esta mañana mismo, mis servicios han sido requeridos para iluminar y acariciar con el don de la elocuencia a mi principal cliente, en adelante Economato, al que llamaremos así por discreción y por determinada afición a hacer sus compras en su mercado habitual con pasamontañas. Y no, no es un atracador. Realmente es una máquina para resolver acertijos matemáticos, tirarme de la lengua y hacerme reír.
Pues bien, cual es el método para que yo inspire, pues no tengo muy claro cual es, pero como actúa Economato, amigos míos, es para patentarlo.
El Sr. Economato cuando necesita de mis servicios, lo primerito que hace es pegarme un chillido tipo ¡Hueyyyyy! haciendo, siempre, siempre, que yo clave mis barnizadas uñas en el techo. Acto seguido me pregunta que tal estoy, no me da tiempo a contestar y entonces saca tema de conversación.
Hemos hablado de un tipo que se ha muerto, de lo malo del fumar, de pilas licuadas y de mocos. Justo en ese momento, el Sr. Economato me ha obsequiado con un ya está, chica,
y sín siquiera hacer un teatral ¡chas! o ¡tachán!, ha desaparecido... dejándome con la sensación del trabajo bien hecho. Así es mi amigo.
Debería de empezar a facturar por estas actividades, que de todos estos arrebatos no veo un céntimo, y claro, si pretendo dedicarme profesionalmente a ello, me veré en la obligación de uniformarme con túnica, guirnalda, trompeta y poema.
Aunque visto lo visto, sustituyan la túnica por vestidito-monísimo-de-los-míos, la trompeta por ratón y el poema por cierre del año.
Y nada de dejar frutitas al lado de una fuente: quién quiera algo que se ponga un sostén en la cabeza, que se pegue la Visa en el codo con celo y al tiempo que da saltitos delante del espejo, pronuncie tres veces con voz de pito Administrativa.
No se si así me apareceré, pero joer, va a ser de risa verlo.