Y pensar...
Andaba yo ayer lidiando a garganta partida con un señor del género gilipollas en el trabajo, cuando, para abstraerme de su aliento y vagos argumentos de tengo-razón-por-la-gracia-de-mi-paquete, decidí refugiarme en mundoblog y tropecé con asuntos agradables en casa de Pejeverde como la convocatoria por parte de Diauno de la XII Edición de Blogs&Gofio.
Una, que es impulsiva y poco razonable, a puntito estuve de correr hacia aquí y apuntarme en los comentarios, pero me dicen que tengo que llevar unas naranjas, un herpes escocés pegado, 100 gr. de jamón curado y un biquini de franela, y me da a mi que todo eso no podré facturarlo en el avión.
Por otra parte, me parece de lo más interesante por qué serviría para seguir con mi estudio de las azafatillas y podría confirmar, o desmentir, los asuntos del cerumen de mis orejitas.
En todo caso, aprovecho para parpadear dulcemente y pedir que algún terrateniente cítrico de padre griego y armador me subencione dos días picudos a semi-trapo (recuerden que soy de gustos sencillos) para no perderse tan acojonante evento y de paso que alguien me explique lo de las desapariciones de las vacas y que coños tiene que ver con el Master Plan.
Y recuerden que la verdad está ahí fuera. Pero que muy hacia fuera.