lunes, 23 de octubre de 2006

SATURDAY NIGHT FEVER

Pues llegó el sábado, y yo dispuestísima a salir. Desde primera hora de la mañana intercambié mensajes con Mary Jo para prepararnos el asunto sabadero, así que como no nos poníamos de acuerdo sobre donde ir, decidimos, antes que nada, ir un ratillo de compras. Quizá no tenga mucho que ver, pero a nosotras nos funciona. En función de lo que compremos, pues mas o menos se nota el humor y el tono de la salida.
Zapatos, pantalón corte pirata en negro, conjunto de chaqueta y suéter de punto con escotazo (tremendo escotazo), rimel de pestañas imposibles (es que mis ojos son tan bonitos que lo valen). Decidido: es un sábado de hombros altos, medias sonrisas y de mirar de lado como los espías.
Paso a dar detalle cronológico de la perfomance, actuación, bises, despedidas y cierre de la noche.

16:00 h: Debería de planchar la ropa. Media horita y me levanto del sofá.
16:45 h: Acabo este capítulo y soluciono el tema de la ropa.
17:23 h: Casi cierro los ojos medio minuto, que tengo un nosequé...
17:36 h: Zzzzzzzzzzzzz
18:08 h: Zzzzzzzzzzzzz (¿que hora será?) zzzzzzzzzzz
18:38 h: Que bien se esta en la playita....que solecito mas bueno, y no hace demasiado calor... ¿ese no es Clive Owen? Hola que tal, Evita servidora de usted... no, no me importa que te tumbes a mi lado.... ¡uy! Pues si que me vendría bien lo de la cremita en la espalda... que manos tienes... eso ya no es mi espalda...pero no importa...¿que me quite las medias? ¡Pero si voy en bikini!
18:40 h: ¡ Mierda!
18:40 h: Me desperezo.
18:42 h: Sigo desperezándome.
18:44 h: (¡Que pasa! ¡A mi me cuesta un poco!)
19:00 h: Baño de espuma con todas las sales del mundo y cosas cosméticas para relajarse y salir diez años mas joven del agua.
19:40 h: Sesión de peluquería.
20:10 h: Vuelvo a lavarme el pelo porqué no he conseguido darle ese toque de pasaba por aquí, no vi ningún teléfono cerca y no lo pude resistir.
20:30 h: Espuma en el pelo y dejo que se me vean los rizos .Estoy agotada. Inicio sesión de maquillaje.
21:00 h: Me visto, último toque de brillo de labios y golpe de melena, cojo el bolso y a la calle.
21:15 h: Punto donde me reúno con Mary Jo, donde pasamos aproximadamente diez minutos admirándonos mutuamente y envidiándonos profundamente las caídas de las prendas. Cosas de mujeres.
Debo decir que Mary Jo es mi amiga, compañera de gamberradas, confidente y hombro recoge mocos, y que todo lo que hace, dice o piensa es fantástico.

EVITA: Antes de ir a ningún lado, podríamos pasar por OpenCor a comprar unas medias, que Clive Owen me ha recordado que no tengo.
MARY JO: ¿Clive???? ¿Medias? Hace calor para medias.
E: Ya...pero con zapatos nuevos no me atrevo.
M: Bueno...nos viene bien pasar por allí: al lado tenemos un par de cajeros y la parada de metro enfrente. Es que así nos bajamos en Colón y nos ahorramos un pastón, que si queremos atravesar Ciudad, a estas horas esta fatal el tráfico, lleno de solteros repeinados intentando averiguar donde vamos a ir a cenar y a tomar copas.
E: (Llegando a OpenCor). Estoy pensando que llevo tiritas en el bolso, así que no hace falta el asunto de la media.
M: Pero si que entramos a OpenCor, que me estoy dando cuenta que al llevar las uñas de los pies en tamaño verano para pintar, me están molestando. Así que entramos y me compro un cortaúñas. (Antes de cualquier sonrisita: las uñas se dejan un pelín mas largas, puede que un milímetro, para esmaltarlas de colores fuertes respetando el espacio de la cutícula.)

21:40 h: Entrada (triunfal) en OpenCor.
21:45 h: Salida (con aplausos y silbidos. Hay que recordar que las dos vestíamos estupendamente y somos monísimas, a la par que, en mi caso, de bajita, gorda, fea y con gafas).

E: ¿Y ahora que?
M: Pues buscamos un banco discreto donde sentarnos y yo me corto las uñas y tu te pones las tiritas.

21:47 h: Encontramos el banco perfecto para la operación pie.
21:52 h: Termina la operación pie. Evita termina muy contenta y Mary Jo con las uñas mas cortas y sin el resultado esperado.

M: Pues que no iban a ser las uñas, que siguen molestando los zapatos.
E: ¿Quieres tiritas o algo? Aún me queda en el equipo de campaña.
M: ¿Un paseíto hasta casa y cambio de calzado?
E: Aún tenemos que cruzar Ciudad...
M: Pues me quito los zapatos y así camino mas deprisa.

En esa zona hay una alameda que es el camino mas corto para llegar al piso de Mary Jo (y al mío, que vivo enfrente prácticamente), y como hace bastante buen tiempo, por las noches se sientan todos los pakistaníes del barrio a tomar el fresco. Pues bien, solo tenéis que imaginar a una Diosa blanca con leggins negros, mini-falda vaquera encima, blusa corte country escotadísima, cinturón ancho de piel, gabardina corta negra, melena rubia, ojos azules y uñas de los pies pintadas de rojo rojísimo. Descalza y moviendo las caderas como solo ella sabe hacer. De repente hacía una peste a testosterona en el ambiente que no nos costó nada averiguar que venía de los bancos de la avenida (en adelante conocida como lugar para levantar el ego y pasiones alternativas) e incluso hubo quien se levantó y todo para no perderse nada de semejante belleza. La lástima es que no entendíamos nada de lo que decían, aunque todo sería para ella y sus pies. Cuando salgo con Mary Jo nunca ligo; es imposible.

E: Creo que les molaría tener un asunto con tus pies.
M: Yo creo que no. Lo que les mola es mi bolso, que no se nota que es imitación de Prada.

22:12 h: Zapatos.
22:22 h: Seguimos eligiendo zapatos.
22:35 h: ¡Ponte estos, coño!
22:40 h: De nuevo en la calle. Rumbo a la parada de metro.
22:55 h: Pillamos el metro. (Por los pelos.)
23:21 h: Parada de taxis de Colón. Hay mogollón de gente, pero es un lugar seguro para conseguir taxi un sábado noche.
23:55 h: Conseguimos taxi. Antes de subir en él, nos despedimos con un abrazo (y felicitamos la Navidad) de un tipo muy majo que se ha hecho muy amigo de Mary Jo mientras esperábamos.
00:15 h: Llegamos a la cervecería de destino. No hay problema: cierran muy tarde y nos dan de cenar.
MENÚ: Cecina de ciervo, pincho de carne de caza, puntilla, blanquet, bocas de mar, montaditos de anchoa, dos botellas de Lances blanco (que rico), dos carajillos de Tía María, dos chupitos de güisqui, besos del dueño, besos del hijo del dueño, el camarero que se parece a Figo no nos dió besos (penita), recomendación a otro camarero de cómo peinarse la cresta. Nos llaman a un taxi. Me temo que quieren echarnos.

01:40 h: Dentro del taxi cantando Clavelitos. Los montaditos de anchoa nos produce ese efecto.

El taxista es palestino, lleva siete años en España, Mohamed de nacimiento y se pasa de lugar de destino porqué esta concentradísimo en Mary Jo y su escote. Es normal: esta vez llevaba los zapatos puestos.

02:05 h: Llegamos a garito de cabecera. Hay una exposición de cuadros. Increíblemente expresivos. Nos enteramos que la artista es la mujer del socio. Hablamos con ella. La felicitamos. Mary Jo compra un cuadro. 350 dólares. Genio y figura el de mi amiga.
03:10 h: Clavelitos, Clavelitos....
03:30 h: Tío Estupendo con Amigo Estupendo se acercan. A Mary Jo parece que le triunfa el Amigo Estupendo. A mi no me acaba de conquistar Tío Estupendo.
04:30 h: Intercambio de teléfonos. (Yo no te voy a llamar, y tu a mi tampoco, pero cumplamos con la liturgia del quedar bien.)
04:40 h: Nos encontramos con amigos/as majísimos/as.
05:20 h: Me tuerzo un pie bailando.
05:40 h: Ya desafino demasiado cantando Clavelitos.
06:10 h: Encontramos un taxi. De regreso al hogar.

No le preguntamos el nombre a este taxista. Es muy jovencito. Mucho, mucho, mucho. Mary Jo esta empeñada en criticar la tapicería del coche. La verdad es que era horrorosa, como el papel pintado de hace mil años, no el de estilo pop, sino el de cachemires. Yo por prudencia le digo al Jovencito Mucho Mucho que me gusta la tapicería, no vaya a ser que pare el taxi y nos haga bajar. (No sería la primera vez que pasa. Esta pasión que sentimos por los taxistas no es nada normal.)

06:25 h: Nos deja en lugar para levantar ego y pasiones alternativas. Mientras pagamos, nos dice que a él tampoco le gusta la tapicería. Sonríe. Estoy demasiado cansada para sacarle partido al tema. Nos despedimos.
06:26 h: Decidimos sentarnos un rato para ver si recuperamos un poco la afinación de Clavelitos.
06:30 h: Mary Jo se quita los zapatos. (De nuevo.)
06:38 h: Pasa un señor con su perro, de estos pequeños y peludos, como de bolsillo.
06:39 h: El perro sale disparado hacia los pies de Mary Jo y se lía a lamerlos.

M: ¡Así, así!
El señor me mira. Yo miro a mi amiga, miro al perro, miro al señor, me miro a mi misma, vuelvo a mirar al señor y solo acierto a decir:
- ¡Que va, que va! ¡ Si yo solo leo a Kierkegaard!

BISES

07:30 h: No puedo dormir. La acidez me puede.
10:00 h: Me despierta el taladro de todos los domingos.
12:30 h: ¡Joderrrrrrrrr! Suena el móvil. Es Tío Estupendo. Me invita a comer un arrocito al horno.
17:00 h: Terminada la comida, me excuso con que espero visita en casa. Me voy rapidito para recuperar un poco la estabilidad mental en el sofá.
18:10 h: Esta vez Clive me esta dando un masaje en el pie que me torcí bailando. Es mejor que Tío Estupendo. Y no le hace falta ninguno de mis números, aparece siempre que le necesito...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

EL ARROZ AL HORNO ESTABA BUENISIMO!!

Anónimo dijo...

Jajajaja me recuerdas a mi con lo q tardas en arrancar para prepararte, aunque yo soy d las q se proponen salir monisima y acabo con vaqueros y sin pintar

Un besazo

PD: a mi un novio me notifico q se venia a vivir conmigo, asi q tuve q dejar d tener novio :P

feo dijo...

Pero no me ha quedado claro si cimiste con tio estupendo. Y sobre todo si era tan estupendo. Fantastico Blog.

Por cierto, no me creo lo de bajita, gorda con gafas y todo eso. Gracias por tus comments en mi blog

Anónimo dijo...

Muy buen post. Ahora, eso sí, tenéis un saque tremendo ... que si pinchos de, que si montaditos de, que puntillitas, etece, etece. Como para invitaros a cenar ;-PP

¿Por qué con Tío Estupendo no hube un "algo más"?

Srta. Effie dijo...

Querido Lilagay:
Te podría dar mil motivos...
Soltaba perdigonazos al hablar, solo hablaba de si mismo, los astros no estaban alineados esa noche, me apetecía mas estar de fiesta que de ligue...
La verdad es que el chico era simpático, no lo negaré. De echo, hemos tomado algún que otro café desde ese finde, pero sabe que Evita no esta por la labor.
Que raras somos las mujeres, no? Aunque eso forma parte del encanto.
Y bienvenido.