
Andaba yo por el principio de los tiempos, aburrida y hartita del sosito de mi Adán ( que para uno que hace a Su imagen y semejanza, me lo hace de la rama fea de la familia y con parecido sospechoso a Fernando Esteso), que no hacía mas que pasearle la hoja de parra por las narices y ni pestañeaba. Encontrábame en esos menesteres cuando de lejos vi algo largo, grueso, contoneante y con brillo que llamó mi atención. No temiendo demasiado que Adán se diese cuenta, le dije que me iba a perseguir bucólicamente mariposas entre los árboles, y él, bobaliconamente, me dijo: -¡Que lindo!, y se quedó dormido mirando el cesped. Me reajuste la hoja de parra y me puse brillo de labios y me dejé caer muy cerquita de la serpiente, de la cual debo decir que era encantadora y me folló (como debe ser) estupendamente la oreja. Así que nos enrrollamos , que yo aunque antigua, tengo mi líbido, y como abusé del manjar para poder apagar mi atrasada hambre, quedóme dormida después del cigarrito, dándole así oportunidad a la puñetera serpiente para decir: -¡Que me he tirado a Eva! Y como el Jardín estaba diseñado por George Orwell, Mercedes Milà se entera del asunto, se lo cuenta a Él, nos expulsan a todos del Paraíso y montan Marina D'or.

Claro, una vez todos expulsados, la serpiente ya no se acordó de mi. Tuve que parir sin epidural por mandato divino, y Adán, como seguía igual de bobito, me lo despedían de todos los trabajos por quedarse dormido. Y a mi me tenías con las tetas descolgadas de amamantar a tanto puñetero crío (tuve que poblar la tierra... y sin lujuria, que es pecado) y encima poniendo las cosas difíciles, que un día me llegó una circular que decía: - "Honrarás a tu padre y a tu madre". ¡Pero si no tengo ombligo! Así que eché cuentas, cálculos y ábacos, y pensé que lo del rollo de la costilla primigénia de Adán me lo podía saltar y debía llegar directamente a Fernando Esteso y congraciarme con Él de alguna forma. Probé con afiliarme al partido este de la señora de las peras y las manzanas, pero me explicaron que era cosa bastante opuesta a la mía. Intenté comprar un Mac, pero salía demasiado caro. Solo vi como solución buscar un Carrefour y comprar un par de quilos de manzanas y meterlas en un cestito con un pedazo de queso y un tarrito de miel y acercarme a probar suerte a mi antes Paraíso, para darme cuenta de que las Divinidades se habían convertido en Altas Esferas y que el arrodillarme ya no servía de nada a no ser que me comprará un apartamentito al lado del afamado campo de golf.
Lo llego a saber y me fugo con la serpiente.
1 comentario:
Este poste no tiene comentarios, y merece uno.
Todos lo merecen. Me encanta cómo escribís y cómo contás las cosas. Me hiciste reir muchísimo!
Los diálogos están buenísimos (a mí antes no me salían ni a palos) Y esa manera de irte por las ramas y retomar el tema es muuuuuuy graciosa (no en este escrito, en otros, acá no hay eso)
La crítica "negativa": ¿y ahora que lo leí todo cuándo volvés a escribir?
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