"Gerardo Omaña dice:
En principio y no por cortesía su blog es ligero, y
muy jocoso lo cual lo hace entretenido.
Ahora agradecerte tu participación en el blog del
Doctor donde la crítca fue efectiva grandiosa y sustantiva.
Reciba ud mi gratitud y mi respeto.
con un beso en su alma."
Estimado Sr. Omaña:
En este día y en esta hora, es mi obligación y deseo comunicarle mi más profundo ¿hum? por haber captado su atención a través de mi comentario en casa del buen Doctor . Para mi es incomprensible que alguien tan versado como Usted se moleste en copiar y pegar su comentario en mi blog, por qué debo decirle, querido mío, que no le conozco otro comentario, excepto el que tuvo a bien regalar a la ilustrísima Sra. Peggy , empezando a halagar su estupendísimo espacio para acabar enumerando las ocho razones por las cuales Usted se levanta cada día.
"En principio y no por cortesía su blog es ligero, y
muy jocoso lo cual lo hace muy entretenido."
Sr. Omaña, debo pensar que su ocupación habitual de copy-paste le tiene tan sumamente absorvido, que ha cometido la torpeza de dejar el archi-mencionado-y-copypasteado-comentario en un blog que, sí siendo de mi propiedad intelectual (excepto los cortometrajes), no es ni ligero, ni jocoso, ni divertido. Teniendo en cuenta que la última entrada del citado blog hace referencia a la violencia de género, a la imprudencia al volante, a vidas truncadas, y en definitiva, a la muerte, me temo que Usted debería tener a bien en clarificar la espesura de sus pensamientos y explicarnos, al menos a esta que le escribe, donde está en todo ello la jocosidad y el entretenimiento. Cierto es que la herencia cultural influye en el comportamiento de los individuos de cualquier sociedad, y estará de acuerdo conmigo en que los seguidores del Tercero gozan de un sentido del humor al que se podría clasificar de alienante, fascista, fundamentalista, adoctrinante, moralizante, violento, cruel, manipulador, aborregante, aniquilador del espíritu crítico, colectivista y asesino del pensamiento individual. Pero todo ello no le exime de su pésimo mal gusto.
"Ahora agradecerte tu participación en el blog del Doctor donde la crítca fue efectiva grandiosa y sustantiva."
No es necesario que Usted me agradezca la participación en el blog del buen Doctor; en todo caso es él quien debe agradecer mi maravillosa presencia en su casa, pero para mi no es necesario, se lo aseguro: disfruto ardorosamente de cada una de sus críticas.
Debo recordarle que Usted cae y recae ochenta veces por post en el pecado de la vanidad. Recuerde que los de su secta no pueden hacer gala de semejante mohín, por qué en ese caso, por más bragas en riste que luzcan algunas de sus lectoras haciendo una sentada delante del mismísimo San Pedro, Usted no llegará a culminar ningún tiro a puerta y el marcador del Codex quedará desafortunadamente descompensado.
"Reciba ud mi gratitud y mi respeto.
con un beso en su alma."
¿Como se atreve a besar mi alma y a hablarme de Usted en el mismo párrafo?
Como ya le dije al Doctor, me parece Usted un ser iluminado por la gracia del credo, la babosidad de la labia y la glucosa incontrolada, se siente en libertad de repartir bendiciones en nombre de un tercero (o Tercero) por doquier y estampar besos en los 21 gramos que dicen los entendidos que pesa el alma.
Sr. Omaña, yo no tengo alma. Yo soy el producto de una tremenda eyaculación de mi padre en la vagina de mi madre que, espero y deseo, estuviese acompañado el acto por sendos orgasmos. Lo que yo tengo es hipoteca, y en los últimos tiempos, algo de urticaria. Pero eso ya es cosa de hombres de ciencia, no de fe. No me de besos en ningún sitio, por favor. Usted y yo no gozamos de tal grado de intimidad y de confianza.
Por último decirle que, realmente, he de darle las graacias, ya que me ha propiciado a mi y a mis amigos unos momentos estupendos de jocosidad y entretenimiento que nos ha hecho pensar que Usted es un elementillo bloguero muy ligerito.
Ahora me dispongo a bordarme el nombre del difunto jefe del Estado Vaticano en los zapatos, que si a Robert Kubica le ha funcionado, a mi me vendrá de perlas para calzar los tacones que pienso lucir esta noche.
Respetuosamente,
Effie.