lunes, 30 de julio de 2007

35 TRALARÁ




Nací a muy temprana edad, y con permiso de Groucho, no tan embetunada como él.

Hacía un calor del carajo, tanto, tanto, que mamá, más que romper aguas, se le evaporó tan apacible líquido de flotación. Y aparecí yo, tierna setita amarilla como el mismísimo pedo y sín gota de llanto. Cuentan las crónicas que mi mal carácter empezó a definirse cuando recibí la palmada médico-nalgar para que mis armoniosas cuerdas vocales entonaran mi primer canto.

Con el tiempo, y no menos llantos, adquirí el sólido afianzamiento de una voz más autoritaria que no me ha servido para absolutamente nada, y la consolidación de mayor masa muscular que me ha ayudado notablemente a caminar erguida, y últimamente, a llevar bonitos tacones.

Extrañamente, mi cabello es cada vez más rizado, y como debo estar bendecida (!) por alguna populosa deidad o similar, destilo un delicioso aroma a melocotón y miel por cada uno de mis bonitos y limpios poros.

Por el contrario, al no caer meteorito ni nada por el estilo cerca de mi hogar, beber agua embotellada y no leer prensa deportiva, no he sido bendecida con super poderes. Para mi desgracia, tal carencia me ha privado del placer de ser inmortalizada por Simon Bisley o Todd McFarlane. Me consuela poder ser modelito del gran Richard Corben. En fín...

Pasan los años, y a pesar de la experiencia, siempre aparecen difíciles preguntas que no me creo capaz de contestar. ¿Porqué no recuerdo nunca comprar leche? ¿Porqué no consigo ligar el all i oli? ¿Porqué aumenta el número de velas y no el tamaño de la tarta? ¿Guardar? ¿Publicar?

Y a pesar de todo, con mis estornudos y mis miedos, tengo la completa certeza de que algo increíble acaba de empezar.

Justo ahora.

domingo, 22 de julio de 2007

Y EL VIERNES, MERCADO



Como ya conté por aquí , para mi que la medida exagerada no es la del juez Del Olmo, sino la que parece tener el presunto e ilustre enculador al ver la cara de Slurp! Zas! Ay! de la presunta y real divorciada.


Desde aquí, queridos míos, y con todo el orgullo patrio que soy capaz de sentir en esta noche de domingo, propongo algún aparatito moderno para él, tipo hilo de palomar o calcetín enrollado, para hacer algo de tope, y para ella miles de oraciones para sobrellevar esa larga y dura agonía que padece. Si yo lo digo todo pensando en ellos, que tanto zorrerío en la cama hace que llegue el lunes y él no cumpla en el andamio ni ella cumpla fregando escaleras.


Y a España hay que hacerla grande.


jueves, 12 de julio de 2007

A PRIMERA VISTA




El mundo de los zapatos es más complicadito de lo que parece.

Una pasa varias veces por delante del escaparate y se enamora perdidamente de un par de zapatos negros de alto tacón, elegantes, con una fina correa para rodear el tobillo y recordarte así que no siempre eres la dueña del zapato.

Y vuelves al día siguiente e imaginas el zapato vistiendo tu pequeño pie, con esa correíta ligeramente apretada, rozando la piel de los tobillos... sin llegar a hacerte ningún daño, que ese zapato sabes que en el fondo, muy en el fondo, te quiere.

Y todo eso lo piensas sola, en la calle, mirando a través de un cristal, como un turista mirando a una femme en Amsterdam.

Pero yo soy mujer de acción y no puedo conformarme con acariciar el cristal, así que necesito consumar lo que hasta hace unos segundos era una fantasía, y me compro no solo los zapatos negros con su fina correa, si no también un clásico rojo de salón que me hacen mucho más alta y mucho más p***.

Es agradable sentirse medio mala, medio buena, con una sonrisa de Gioconda, y escondiendo mis ojos tras unas gafas oscuras durante el trayecto a casa, no sea que nadie se entere de el preludio (de la certeza ), de las ganas (del s***) de saber como sentarán esos zapatos con unas medias de seda.

Abro las cortinas del dormitorio por qué quiero ver los zapatos con luz natural. Me siento al borde de la cama, con las compras a mi lado... oigo como me susurran. Paso los dedos muy despacio por encima de la caja de cartón, retrasando el momento de sacar mis tesoros, por qué se que una vez lo haga perderé el control sobre mi y seré poseída por el súcubo Blahnik, dejándome arrastrar hacia la oscuridad que me ofrece.

¿Porqué puede que no los estrene?
Por qué esos zapatos son una fantasía, son zapatos para la intimidad, son como soñar f*** a Gabriel Byrne o a Vincent D'Onofrio.

Son para que tú me los quites mientras besas mi empeine.

lunes, 9 de julio de 2007

¿QUE ME PASA, DOCTOR?



¿Y como es el Doctor ?

El Doctor es un chulito, de esos chulitos que ya no quedan. Tiene la habilidad de hablar como Heathclift y de hacerse seguir cual sandalia de Brian. Lo dice todo con un eco de Morricone y con el ímpetu de la novicia Andrews en las verdes praderas.

El Doctor es un tipo arrebatador, sexi, seductor; de los que te besan y te despeina. Deja caer la gota justa de su dulce magia para que no puedas dejar de seguirlo, para rodearse siempre de hermosas damas.

Maneja el verbo como una espada contra los injuriosos y los ineptos. Pero con nosotras, ¡oh cielos!, es dulce y duro al mismo tiempo, nos disciplina con destreza, y si somos buenas, nos deja asomarnos a su cara b.

Le van los trajes de buen corte, las fundas de violín y los sombreros de ala ancha.
Mira siempre a los ojos, y cuando crees que puedes morir de tanto amor, te sorprende con un nena, soy irresistible muy a lo Bogart, para acabar en sus brazos muy a lo Bacall.

Pero yo soy una Effie muy dura y no me dejo seducir por sus palabras.

A mi, lo que realmente me llena de curiosidad, es su pasión desmedida por los zapatos de gamuza azul.