martes, 28 de noviembre de 2006

COSAS QUE DICEN (Y, QUE A VECES, CUENTAN)

Recuerdo la escena de Hechizo de luna en la que Loretta confiesa que esta enamorada y que por eso no se casará con Johnny. Me gusta cuando el abuelo de la familia, muy apesadumbrado, moviendo la cabeza de un lado a otro, bajando la mirada y sufriendo todo el peso del universo sobre los hombros, dice que no entiende nada.
Pues así esta Evita. Que no entiende . Pero ná de ná.

Yo lo intento. Me rascó los ojos, me doy golpes en la cabeza y consulto enciclopedias. Claro, como lo hago en ese orden, abro siempre la Larousse al revés y se me hace muy complicada la consulta. De ahí que no tenga más remedio que tirar de bastos conocimientos adquiridos durante años en la revista Super-Pop y de los cientos de etiquetas de champú leídas en el cuarto de baño. Y doy fe de que funciona.

Después de años de meteorismo he leído todas las etiquetas habidas y por haber, y hace un tiempo, después de dieciocho semanas de estancamiento intestinal, decidí presentar la Tesina a mi médico de digestivo: ¿Cabello normal o graso? Estudio del comportamiento de los capilares expuestos a constantes retortijones o de cómo salir airoso de un baño público sin que se le ericen los pelillos de la nuca al que entra inmediatamente después.

Bien. Este es un estudio más que serio. Se ha hecho lectura de él en diferentes foros, ha formado parte de temarios de oposición y se ha discutido en el senado. Como reputada científica he participado en congresos y conferencias. Mi ponencia más conocida fue Paradigma de la uretra: el papel cagón ¿doblado o arrugado?
Dejé el mundo del conferenciante poco después de empezar (¡ja!) con la dieta: tanto pincho de tortilla y albóndiga de bote regada con sangría acabaron con mi poco pronunciado perfil. No conozco a ningún conferenciante de mi nivel que se resistiese a tan estiloso ágape. Por eso todos los conferenciantes están a dieta. Aunque debo reconocer que algunos conferenciantes están delgadísimos porque no llegan a final de mes. Fíjate en Mari Espe: hay treintenas que hace números. Y lo dice con la boca grande. Y ya puede decirlo con la boca enorme. ¿Cuántos libros caben en su boca?
Más me preocupa el contenido con el asunto de Tamayo y que nadie parezca demasiado acalorado. Alguien dijo lo de “es increíble que la perspectiva de tener un biógrafo no haya hecho desistir a nadie de tener una vida.”En fin.

Si es que parece que hay que ser una nulidad metafísica para salir en la tele. Pongo como ejemplo a la Supermodelo (perdón, como no he coincidido con ella en ninguna conferencia me resulta difícil, al no haber sido presentadas, recordar su nombre.) Pues el otro día colgó su bola correspondiente en la navidad televisiva diciendo “ahora me falta algo de cultura (...) saber cual es mi escritor favorito”. Que rica. Supongo que ira a Corporación Dermoestética y pedirá que le ponga un aumento de autor favorito. Aunque yo no me preocuparía demasiado: no creo que los caballos que desfilan en espectáculos y ferias tampoco tengan claro lo de sus lecturas preferidas.

Como ya he explicado antes, dejé de ejercer de conferenciante a causa de la dieta. Ello no me impidió guardar y mantener estrechos lazos con el mundillo académico.
Es bueno el peloteo. Tener contactos te facilita tener contactos. Que estupidez.
Total, que los nudos y lazos me ayudaron a mantenerme en el dignísimo, a la par que mas discreto, puesto de negro de ponente.

El último encargo que he recibido ha sido un estudio sobre las listas de boda y el alcance en la vida parejil de dichos objetos. Pues armada con mi Super-Pop y con la revista Hola (Hello para los instruidos), me he sumergido en un universo de luz y de color y de planning and dreaming , que no me lleva, me parece a mi, a ninguna conclusión.

He estudiado ardua y afanosamente la cuestión para seguir sin entender para que sirven determinados detalles u obsequios expuestos en ceremonia o en las listas de boda.
Si es posible, ¿alguien puede explicarme la función de la olla, el peine y el gato que ha regalado Tom Cruise a su Katie en plena ceremonia económico-nupcial?
Entiendo que es muy bonito (¿?) regalarse en la pedida de mano (o valoración gonádica de la hembra a cubrir, peritaje de medios y habilidades culinarias) un anillo o un reloj, la botella de Mirúrgia y de Napoleón entre los padrinos y futuros consuegros, el compromiso de una hipoteca, o incluso el intercambio de teléfonos el día de la boda con el tío de la orquesta. Pero, ¿un gato? Pues lo de la olla casi si, que este chico con lo rarito que es a lo mejor le hace falta alinear la batería de cocina en el dormitorio para poder cumplir con el apéndice del hombre de Michelín . O hasta para ponerse el puchero en la cabeza y taparse la cuperosis (que mira que le afean las rojeces a este hombre. Lo monísima que se veía a Heidi, y el elementillo este, pues ya ves...).
Es que yo, que lo extrapolo todo, me viene Tomasín y me regala un gato...

Veamos. La novia al uso esta un año a dieta para que to er mundo ese día sufra ulceraciones y chancros sifilíticos de la envidia. (Nota: a no ser que lleves todo el noviazgo metiéndote mano llevando guantes de lana con mezcla de amianto y tu novio no sea consciente que lo que coge no es teta sino lorza lorcera con denominación de origen y, a este paso, en proceso de convertirse en especie protegida, la dieta siempre es a favor de los invitados).
Seis meses antes empiezan los tratamientos corporales, las limpiezas de cutis, reconstrucción de virgo (aunque sea en la oreja), porque al fin y al cabo si una se casa de blanco, es por que en el fondo es tradicional.
El día de autos empieza incluso antes de que despierte el gallo que no cesa para ir a la peluquería. Otra cosa que no entiendo: te estiran el pelo, te llenan de hierros la cabeza y te someten a la acción de un spray pegajoso y encima a pagar sonriente y agradecida. Todo un misterio. Después sesión de maquillaje: toda una restauración para conseguir que en las fotos salgan los rasgos perfectamente dibujados y al mismo tiempo no parezcas un payaso en las distancias cortas. Colocación de traje, que contra todo pronóstico al final queda mas grande de lo que pensaba la novia. Ataque de nervios a causa del traje y retoque posterior del maquillaje por las lágrimas histéricas.
Después se llega al lugar en cuestión , sea el ayuntamiento del pueblo de los contrayentes o un castillo en Italia. Total, viene a ser lo mismo. Entonces, cuando la novia esta en pleno momento mas importante de su vida, y en mitad de charcos de sangre de gente moribunda que desfallece por las llagas de la envidia, llega el enano gilipollas de la cuperosis y le tira un gato encima a la pobre novia. Claro, la muchacha esta desprevenida y no atina a coger el gato cómodamente y lo trinca del rabo. El animalico, por supuesto, se revuelve y despeina por completo a la pobre Dunia. Supongo que esa es la razón del peine.

Pues eso, que no entiendo nada. Aunque tal como esta el mundo, tampoco es tan raro.

domingo, 19 de noviembre de 2006

DE ALMAX Y DE MARIPOSAS

Nací un día que, de tanto calor, mi madre más que romper aguas, se le evaporó el líquido amniótico.
De la prisa por conocer allende extramuros, me quedé de un amarillo al mas puro estilo chino cudeiro que no perdí hasta el primer top-less.
Mi primera boda fue en el jardín de infancia, y ya no paré hasta tercero de E.G.B.
Como lo del chino cudeiro se me quedó muy grabado en mi, ya de por si, degradada psiquis, cuando aún no media metro y medio, y emulando a Carpanta robando un jamón, me metí en mitad de un partido de futbito escolar con la intención de atrapar el balón con mis tiernas manos. Y allí andaba , mientras los sacrificados niños corrían tras el esférico yo, entusiasmadísima, gritaba ¡Kongorima! o dicho en burgales de toda la vida me la voy a pegar. Evidentemente, después del golpetazo superlativo contra una columna que se encontraba cerca del encuentro, acabé en el hospital para que me diesen dos puntos de sutura en el labio. Ese mismo verano caí por las escaleras del desván de mi abuela rodando como la piedra del camino que me dijo que mi destino solo era llorar y llorar, conservando del momento peoncero una cicatriz en mi tibia derecha que, la verdad, tampoco afea mucho mi persona. He sufrido innumerables caídas desde columpios varios, dos lanzamientos al vacío desde una tapia, un accidente de moto y uno de coche.
De todo esto se puede decir que por un tiempo fui la joven promesa española de los Videos de Primera: nena rubia monísima con una capacidad sobrenatural para pasar cuatro de cada siete días con venda, tirita o apósito rondándome que te rondaré.
De mi afán por los golpes se pueden sacar muchas conclusiones, que dejaré en manos de expertos como sociólogos, sicólogos, neurólogos, traumatólogos e, in extremis, a algún antropólogo forense que se interese por mi caso.

Toda la exposición de golpes, dolores, lloros y mercurocromo, es para convencerme de que la mejor fórmula para triunfar en el amore, es contarle al potencial caro carisimo que una es algo torpe en los andares universales. Claro, y me pongo a pensar y pensar, y solo se me ocurren situaciones incomodísimas. Veamos: Evita conoce aun señor maravilloso que hace que me brillen los ojitos, me note mariposas en el estómago y me crezca una rosa en el pelo. Quedamos para cena y copas. Me lleva a una marisquería lujuriosamente cara, que como el tipo encima de maravilloso esta forrado, pues va a ser que paga él. Pues yo que soy muy campechana me como los carabineros con las manos, y justamente ese día, que voy preciosísima de la muerte, cuando le quito la cabeza al bicho me suelta el chorrito ese que se supone que una debería estar chupando (lo se, se presta a conclusiones) y me pringa el entre dos de mi camiseta favorita. Mecagüentoloquesemenea, (no, eso no, que soy mas fisna de lo que parece) ¡Oh, que contratiempo! Y caro carisimo, que es todo un caballero, rápidamente moja la punta de su servilleta para limpiarme la mancha. Pero yo, que soy una marisabidilla, y que cuando me gusta un señor de verdad estoy condenada a hacer el ridículo en su presencia, opino que será mejor darle a la mancha con un poquito de limón, así que cojo el limón, aprieto lo justo para sacarle un par de gotitas y ¡zas!, como no, directo a los ojos. Ojos apretadísimos intentando controlar el lagrimeo porque, como esa noche quiero triunfar en la plaza, me he puesto las pinturas de guerra de todas las tribus conocidas y corro el peligro de convertirme en un paso de cebra. Alargo la mano hacia donde creo que esta mi servilleta, y como no veo un pijo, le doy un manotazo a la copa y derramo la bebida sobre la mesa. Al momento noto que el líquido gotea sobre mis piernas, me levanto de un salto (puro instinto anti-manchas, oiga), del impulso tiro la silla, y como soy muy torpe con tacones, pierdo el equilibrio y caigo encima de los comensales de la mesa que esta inmediatamente detrás mío. Me paso mas de treinta minutos disculpándome con todo el mundo y, cuando consigo encontrar el tacón que se me ha partido, caro carisimo me dice con firmeza que él no tomara postre. A esas alturas me temo que yo tampoco. Acabo volviendo en taxi a casa, rociándome el cuerpo con Reflex, colirio en los ojos, Loctite a mis tacones y Almax para apaciguar la furia de los cadáveres de las mariposas que se descomponen en mi estomago.

¿Qué futuro me espera con semejante torpeza? Evidentemente siempre puedo liarme con un quiropráctico. O con un escayolista. Y yo que pensaba que me merecía un príncipe o un dentista...

sábado, 11 de noviembre de 2006

UN, DOS, TRES... PICADORA MOULINEX

Últimamente ando por la calle prestando mas atención de lo habitual. No es que espere encontrarme un billete de cien euros, ni siquiera uno de cinco, que tal como esta la economía el dinero se evapora antes de llegar al suelo. Lo que ocurre es que tengo la sospecha de que me voy a encontrar un enano de esos que conceden deseos de un momento a otro. Y no tengo muy claro que le voy a pedir.

Este asunto esta acabando conmigo. Ya dormía poco y solo me faltaba enzarzarme en tremenda cuestión. Que la cosa es mas seria de lo que parece. Veamos. Se supone que solo puedo pedir tres deseos (eso es lo que me dicen), y deben ser tres cosas que realmente se les pueda sacar partido. El camino rápido seria, y hasta podría decírselo a mi enano cantando, tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. Pero es que a mi nunca me fue lo fácil, y siempre he tenido tendencia a elegir el camino mas oscuro y frondoso del bosque (así de lobos me he encontrado), por lo tanto será mejor imaginar que pediría cualquier otro para que así, en cierta forma, me de ejemplo sobre lo que conviene o no pedir a un enano.

Esta claro (prensa mediante) lo que han pedido algunos. Tomemos como ejemplo a Carod Rovira: reeditar el disco del artista anteriormente llamado Tripartito. Y no, no me fallan las cuentas. Que como son tres, ya tienen tres deseos.
Después tenemos a la sempiterna Gina Lollobrigida y sus tres peticiones: que la saquen mona en los posados-robados, que venda mucho lo de su novio español y que dejen de darle caña en determinada cadena. Entiéndase que el enano de esta mujer es Berlusconi.
Cierto dictador (eso si consigue escapar del fuego eterno) supongo que pediría una segunda oportunidad para emparentar con la familia real, que su nietísima, mamá y reyezuelo de la France presentaran algún tipo de queja formal al ex–ministro dinosaurio de la calle es mía por consentir que abuelito se quede sin gorra con birlocho, y que en la próxima gesta del perejil no se deje a títere con cabeza ni atolón por conquistar.
Doña Paqui Romero solo pide que, por favor, Don Carlos Saavedra envíe a un caddy a recoger las 5000 pelotas de golf que se le han colado en casa, que andan algo revueltas y teme que se le conviertan en 7000. Es tan buena la señora que cede los dos deseos restantes a Golfistas con Fronteras. Esos si que saben respetar los límites.
Billy Wilder puso en labios de Marilyn: “¡Es fantástico! ¡Un hombre casado, aire acondicionado, champán y patatas fritas! ¡Una fiesta maravillosa!”
Charles Chaplin dijo que todo lo que necesitaba para hacer una comedia era un parque, un policía y una chica guapa.

Ya es tarde y debería dormir. Así que voy a hacer mis peticiones:
1ª. No sufrir insomnio.

2ª. Que me digan lo de William Hurt a Kathleen Turner.
W.H.: No deberías llevar esa ropa.
K.T.: ¿Por qué? Solo es una falda y una blusa.
W.H.: Entonces no deberías llevar ese cuerpo
.
O lo que le dijo Mauricio a Clotilde al lado de la ventana del salón en mitad de la noche:
M.: ¿Si te digo que te quiero es bueno o peor?
C.: Peor.
M.: Entonces vete a la cama que te llevo un vaso de agua.

Mejor que me digan ambas cosas.

3ª. Mi tercer deseo....mmmmmm.......poder pedir mas deseos.

Es que las prioridades cambian y una no esta para desperdiciar oportunidades, así que me guardo la baza del tercer deseo para poder escapar en momentos apurados y poder convertir a mas de un príncipe encantador en rana, que a veces así son mas monos.

No es que sea mala, es que me han dibujado así.